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  • Foto del escritorThalía Fung

Solución, evolucionamos sintiendo

Como un deportista, toca restaurar la conciencia plena. Al aceptar el espectro emocional, se desechan creencias obsoletas, los mecanismos neuroplásticos pueden hacer su función. Sintiendo, se detiene el discurso mental, se recupera la capacidad de modificar los significados fundamentales, razón del libre albedrío.

El proceso es cíclico, reconocer la situación recurrente, aceptar que no sabemos resolverla, sentir la experiencia senso-emocional; sintiendo llega la comprensión, y a por el siguiente desafío. Cada actualización activa un monto de energía, proporcional al desequilibrio funcional, saber que se trata de un mecanismo natural, permite seguir avanzando. Es recomendable beber agua suficiente, comer con equilibrio, y descansar. Hay personas que les da por bostezar, otros por dormir; el ejercicio aerobio favorece la recuperación.


Como saber si estás enamorado, no se sabe hasta que ocurre; la primera etapa es apasionada, el amor maduro, sereno. ¿Cómo saber si estamos en conciencia plena? Vemos las figuras en 3D de las “imágenes mágicas”. Sin hacer introspección somos conciente de las sensaciones corporales, los sentimientos, las comprensiones, el entorno. En radiestesia, se reciben respuestas consistentes.


Como un deportista

Sentir, recupera la función comprensiva del hemisferio derecho, reintegra la conciencia

Laotse propone “unir cuerpo y alma en un conjunto que no pueda disociarse. Hacer la respiración tan flexible como la de un recién nacido, purificar las visiones hasta dejarlas limpias” (IV a.C). Hay que fortalecer la sensibilidad atrofiada:


→ Sentir: Tumbado o sentado cómodamente, se recorre el cuerpo sintiendo: la tensión, distensión, presión, el calor, latir; sin prisa.


→ Meditación: Sentado o tumbado cómodamente, cerrar los ojos y sentir, sin rechazar lo que aparezca en la conciencia. El tiempo se aumenta progresivamente, hasta llegar a unos 30 minutos. Cualquier distracción es una oportunidad para sentir. Una manera breve consiste en hacer un número redondo de respiraciones concientes; por ejemplo, 40. Con el mismo principio de sentir, cuando la cuenta se pierde, seguimos por el número que se recuerde. Algunas personas no pueden mantenerse quietas. Se puede meditar con actividades cíclicas como la marcha, la natación, la danza. Toda actividad vale para meditar sintiendo: laberintos, mandalas, juego de roles, artes escénicas, escritura, diálogos, comer, vestirse, la vida misma.


Explorando las emociones, ejemplos


→ Dibuja como:


Tome una hoja de papel, una caja de colores y busque un lugar tranquilo. Respirar profundamente sintiendo.

Imagine que tiene cuatro años. Tómese su tiempo, dibuje...

Vuelva a respirar profundamente sintiendo el cuerpo. Dele la vuelta.

Tómese su tiempo;

Imagine que tiene diecisietes años.

Dibuje… vuelva a respirar profundamente sintiendo.


→ Si la emoción fuera…


Tome folios en blanco y una caja de colores; busque un sitio tranquilo con una mesa, una silla y un poco de espacio donde pueda deambular unos pasos.

Dibuje la ira, lo que surja, sin exigencia, sin rigor… Dibuje ... Dele la vuelta.

Responda estas preguntas:

¿Si el enfado fuera un animal, qué animal sería? … y responda sin juzgar.

¿Si la ira fuera un lugar, qué lugar sería? Sienta…y responda.

¿Si fuera una persona?

¿Si fuera un sabor?

¿Una actividad? …

¿Si fuera un color? …

¿Para qué sirve? …

Camine moviéndose despacio.. Deténgase ... Sólo sienta… Siga caminando... Estirándose, soltando; recuperándose, … sin prisa. … En el orden que quiera, repita el ejercicio con las emociones y sentimientos que desee.

Tan cerca como sea posible, sintiéndose en el otro

→ Mirándose en el otro:


En un grupo, se colocan las sillas de a dos. Cambiando la pareja dos o tres veces, preferiblemente con alguien que no sea familiar cercano, se marcan 5 minutos cada vez.


Se sientan uno frente al otro; tan cerca como sea posible, cierran los ojos. A la de tres, abren los ojos y sostienen la mirada sintiendo el cuerpo, escuchando el discurso. No se dicen nada, no cambian la mirada, no sonríen, no hacen nada; sólo sienten y observan lo que pasa en su interior. Hacen un círculo y comparten lo que han experimentado; el éxito del ejercicio es seguir sintiéndose tras la mirada, en las pareja y el compartir.


→ Escuchar de verdad:


Se hacen pequeños grupos de 4 o 5 personas; y se marcan 5 minutos cada vez.

Cada uno cuenta una situación emocionalmente intensa; mientras los demás, escuchan atentamente sintiendo cómo resuenan las historias en su propia experiencia. No se dicen nada, no sonríen, no asienten o disienten; sólo sienten y observan su interior. El éxito es escuchar sintiéndose.


Sintiendo para comprender


Imagine una situación que quiere comprender. Cierre los ojos, está en un lugar concreto, a una hora x, vestido de tal manera… y entonces … se presenta la situación. Por ejemplo, llega su madre y le critica por cómo va vestido. Sienta sin juzgar, reconociendo las sensaciones. Dele tiempo, surgen ideas recurrentes, vuelve a sentir imaginando la situación, se silencia el ruido. Cuando reconozca las sensaciones, permanezca sintiendo: Entonces llegará la comprensión y la emoción fluirá.


→ En la vida cotidiana:


Nos damos cuenta de una situación, nos detenemos, y llevamos la atención al cuerpo, a la respiración, el discurso se silencia; sintiendo, llega la respuesta. La comprensión simplemente, ocurre, la emoción indica y garantiza la restauración.



Puede acceder al informe íntegro en este enlace: Inteligencia natural, mejoramiento humano desde la raíz.


Referencia:


LaoTse, Tao te King. (IV a.C). http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/ObrasClasicas/_docs/TaoTeKing_LaoTse.pdf

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